Son treinta mujeres. Treinta vidas —una de ellas la de la propia autora— que no pueden ser más distintas y que, a la vez, pueden parecer una sola, pues todas comparten una fortaleza, un mismo espíritu, un ansia de libertad que no cabe dentro de ellas. Y en el centro, como la pieza mágica que las une, Elvira Lindo observando a estas creadoras brillantes que no pueden quedar olvidadas. En estas páginas hay mujeres valientes, ejemplares, raras, mujeres con personalidad suficiente para llegar mucho más lejos de lo que les estaba permitido. Hay escritoras, muchas, pasadas y presentes, de aquí y de allí. Pero también hay fotógrafas, historiadoras, actrices, pianistas o políticas. En estas páginas hay, sobre todo, vida.
La autora abre estos treinta retratos breves con Pippi Langstrum en un precioso texto en el que se cuenta a sí misma, tan parecida en muchas cosas a la pequeña; continúa hablando de la determinación y la rebeldía de Concha Méndez y del carácter de María Guerrero y sus aventuras como empresaria teatral; de la vida amarga de esa mujer rara que fue Elena Fortún y de otra rara, Gloria Fuertes, la Gloria de Lavapiés, que fue tan pobre en su infancia como libre en su madurez. Elvira Lindo pasea por el Madrid galdosiano de la mano de Tristana, visita ‘El Sur’ y con él a Adelaida García Morales, otra escritora que vivió fuera del mundo y del tiempo; y visita otro Sur, el de Faulkner y Eudora Welty, para hablar de la prosa visionaria de Carson McCullers. También viaja con Victoria Kent al exilio y nos cuenta cómo era feminista sin saber que lo era; elogia el feminismo de la magnética Chimamanda Ngozi Adichie y elogia también las dudas sobre él de Margaret Atwood. Nos cuenta cómo la prensa canadiense definió a Alice Munro como «un ama de casa que encuentra tiempo para escribir relatos»; y recuerda algo importante que olvidamos a veces: que las palabras hieren, como hirieron a Mary Beard cuando fue insultada en las redes por su aspecto físico; o a Joyce Maynard, la joven seducida por Salinger que tras ser abandonada recibió insultos y desprecio. O a Sally Mann, la fotógrafa atacada por publicar unas fotos donde sus hijos pequeños jugaban desnudos. Hay muchas otras mujeres: Louisa May Alcott, Harper Lee, Vivian Gornick, Olivia Laing, Grace Paley, Patricia Highsmith, Dorothy Parker, Lucia Berlin, Angelika Schrobsdorff, Monica Zgustova... Hay un «catálogo de mujeres honorables» a quienes le gustaría parecerse de mayor, como las fantásticas Edna O’Brien o Joan Didion. Y hay un retrato maravilloso de Marjorie Eliot, una pianista de Harlem que para aliviar la pena por la muerte de su hijo, borraba las tardes de domingo sentándose al piano y abriendo las puertas de su casa para llenarla de amigos y vecinos.
Si la autora abría el libro contándose a sí misma, lo cierra con un precioso autorretrato que podría ser un monólogo cómico, un texto impregnado de ese humor melancólico que te hace sonreír mientras te encoge el corazón. En él, Elvira Lindo se reivindica como humorista, ella que hubiera querido ser una niña seria pero fue la alegría de la casa, ella que cantaba y hacía imitaciones para divertir a su padre. La autora se desnuda y expone sus certezas y sus temores, deja a la intemperie sus dudas, reflexiona sobre el camino recorrido y lo diferente que habría sido si no hubiera sido mujer. Habla de su madre, que murió demasiado pronto y que no tuvo tiempo de mostrarle que esa preocupación, esa severidad, esas advertencias, eran tan solo amor. Habla de su evolución como escritora, de los mordaces «Tintos de verano» que la etiquetaron como mujer frívola, de su Manolito Gafotas, de la censura que sufrió en otros países y la autocensura que se aplicó en este cuando esas etiquetas pesaron demasiado... Este autorretrato es una hermosa poética de su oficio y de la forma en que Elvira Lindo mira la vida.
Estas 30 maneras de quitarse el sombrero son un homenaje que nace de la admiración, del profundo respeto que la autora siente por unas mujeres que reconoce como maestras. Hay mucho de Elvira Lindo en cada retrato: este libro un espejo en el que la autora se mira buscando a otras mujeres para encontrarse a ella misma.
TREINTA MANERAS DE QUITARSE EL SOMBRERO
Elvira Lindo
Seix Barral. Barcelona, 2018. 288 páginas.
Este artículo apareció publicado el jueves 6 de diciembre de 2018 en «Artes & Letras», suplemento cultural de Heraldo de Aragón. Aquí podéis descargar el artículo en PDF.
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