En 2016 llegaba a las librerías Las Sinsombrero. El libro, escrito por la cineasta Tània Balló (Barcelona, 1977), era sólo el final de un proyecto mucho más ambicioso que  recuperaba la memoria de las artistas de la Generación del 27 que  fueron olvidadas, marginadas, ocultas. Esta labor continúa con Las Sinsombrero 2. Ocultas e impecables (Espasa), donde Balló recoge las vidas de otras siete artistas que desarrollaron su actividad durante la Guerra Civil y la posguerra. Algunas se implicaron directamente en actividades políticas, otras se posicionaron a través de su arte, pero en todas ellas pesaron sus ideas. En este libro encontramos a las que se fueron y a las que se quedaron, también a las que se fueron y regresaron después, a las disidentes y a las afines al régimen.

Balló parte de un particular «mapa de constelaciones», que relaciona cada una de estas mujeres con otras muchas para que el lector las ponga en contexto. Como núcleo central encontramos a la poeta Carmen Conde, primera mujer académica, que mantuvo una profusa correspondencia con muchas escritoras, poetas y artistas de la época. A partir de ella, la autora nos habla de la pintora Delhy Tejero y de sus «cuadernines», y nos enteramos de que fue modelo para el cuadro Tertulia de Ángeles Santos, o de que fue confundida con una espía extranjera durante la guerra por su aspecto extravagante; de la poeta ultraísta Lucía Sánchez Saornil, anarquista y militante de la CNT, fundadora junto a Amparo Poch de la publicación Mujeres Libres y secretaria general de Solidaridad Internacional Antifascista; de Consuelo Berges, «poeta, ensayista, activista, feminista, anarquista, política y notable traductora» que vertió al español a Stendhal, Flaubert, Balzac o Proust; nos habla de Margarita Ferreras y su precioso poemario Pez en la tierra, prologado por Benjamín Jarnés; de la pintora Rosario de Velasco, una de las primeras militantes de Falange, activa colaboradora de la Sección Femenina y directora del Colegio Mayor Santa Teresa de Cepeda que ocupó el lugar de la Residencia de Señoritas; o de Elena Fortún, la creadora de la inolvidable Celia.

Se hubiera agradecido en este libro más cuidado a la hora de escribir y un mayor trabajo de edición. A pesar de eso, Las Sinsombrero 2 es un estupendo ejercicio de recuperación que sirve como introducción a las vidas de unas mujeres que no debieron ser olvidadas.