«¿Cómo va a sobrevivir la ignorancia si está rodeada de libros?» No puede ser más acertado el lema que este año celebra el Día de las Librerías. Por cuarto año consecutivo, las librerías españolas queremos convertir el último viernes de noviembre en una fiesta e invitarles a que la celebren con nosotros.

Visitar una librería es una experiencia. Las hay para todos los gustos: grandes y pequeñas, especializadas y generalistas, donde pueden pasear hasta encontrar el libro deseado y donde pueden pedir consejo al librero... pero hay algo que todas las librerías tenemos en común, un alma que nos hace vivir: todas las librerías tenemos un librero que hace que cada librería sea única, especial.

Los libreros tenemos el privilegio de ser los responsables de conectar un libro con su lector. No sólo porque leemos y recomendamos; desde la primera selección, desde la elección inicial de los títulos y autores que queremos ofrecer, los libreros estamos pensando en qué libro va a gustar a cada uno de los lectores que nos visitan.

¿Imaginan ustedes una medicina que sirviera para aprender a pensar, desarrollar la empatía, fortalecer el espíritu crítico, hablar bien y escribir sin faltas de ortografía? Existe, se llama Libro. Como ocurre con los medicamentos, no todos valen para todo ni sientan bien a todo el mundo. El librero es quien los conoce bien y sabe qué efectos secundarios producen: algunos provocan sorpresa o emoción; otros desarrollan la imaginación y nos hacen más creativos; algunos nos hacen reír o llorar (o las dos cosas a la vez)... Y de la misma manera que no se les ocurriría comprar las pastillas para la tensión en un «todo a cien», un libro tiene un lugar natural donde encaja y se siente bien: una librería.

Mañana viernes es nuestro día: el Día de las Librerías. Vengan a vernos, mañana y el resto del año. Si hay una librería en su vida, serán más felices. 

Esta columna apareció publicada el jueves 27 de noviembre de 2014 en «Artes & Letras», suplemento cultural de Heraldo de Aragón. El artículo en PDF, aquí