Basta teclear el nombre de Chimamanda Ngozi Adichie (Enugu, Nigeria, 1977) en Internet para descubrir a una mujer carismática, divertida y honesta, con una personalidad magnética y que se describe como "hecha a base de historias". A los 19 años consiguió una beca para estudiar en una universidad americana y a los 26 años publicó su primera novela, La flor púrpura; a esta le siguieron Medio sol amarillo (Premio Orange 2007), Algo alrededor de tu cuello y Americanah (Premio del Círculo de Criticos Nacional del Libro de EEUU  2014). 

Chimamanda describe su escritura como 'orgánica' y admite que es una escritora lenta y exigente. Su prosa es fresca y ágil, clara y directa. Reivindica la ficción honesta, que pueda ser sentida como verdadera por el lector, y se rebela contra  quienes opinan que una novela africana debe hablar de pobreza y de ritos tribales; que no puede hablar de amor o de mujeres independientes seguras de sí mismas. La identidad y la raza son temas centrales en su obra, en la que reflexiona sobre el peligro de entender la tradición como algo inmutable: defiende que la cultura nunca puede ser la razón para cometer una injusticia.

Su charla El peligro de una historia única  (TED, Oxford, 2009) concentra gran parte de su esencia. Con mucho humor, cuenta como los libros infantiles que llegaban a Nigeria eran sobre todo ingleses y por tanto, en los primeros relatos que escribió a los 7 años, sus personajes eran blancos con ojos azules, comían manzanas y hablaban de la nieve. Leer a Chinua Achebe, escritor también nigeriano, le ayudó a encontrar su voz  y a descubrir que podía escribir sobre lo que conocía, sobre su experiencia: Medio sol amarillo cuenta la historia de su abuelo, que murió en un campo de refugiados durante la guerra de Biafra. Americanah tiene mucho de su propia vida. 

Literatura Random House acaba de publicar su conferencia Todos deberíamos ser feministas (traducción de Javier Calvo; 61 páginas). Un librito imprescindible donde la autora habla, desde su experiencia, sobre lo que significa ser mujer (el tercer tema nuclear de su obra). Pese a su título, que nadie espere un panfleto radical lleno de tópicos y estereotipos. El texto, cargado de sentido común, cuenta lo que ya deberíamos saber en el siglo XXI: que las desigualdades no están solo en las grandes ideas, sino en los pequeños gestos diarios. Una reivindicación de la igualdad moderna y poderosa. 

Este artículo apareció publicado el jueves 17 de septiembre de 2015 en «Artes & Letras», suplemento cultural de Heraldo de Aragón. Aquí podéis descargar el artículo en PDF.

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